CONCLUSIONES

De la muestra total, únicamente el 3.8% no estudió el año anterior a la realización de esta investigación y la gran mayoría de los/as jóvenes viven en familias nucleares (compuestas por ambos padres y hermanos). Estas características resultan relevantes pues como veremos a continuación tienen un reflejo directo sobre el fenómeno de las adicciones, eje central de este trabajo.

CONSUMO DE TABACO

Los resultados para el consumo de tabaco muestran que a nivel estatal, casi la mitad de los/as estudiantes han probado por lo menos alguna vez en la vida un cigarrillo; siendo los hombres quienes tienen el porcentaje más alto (52.1%) en comparación con las mujeres (46.9%). Poco más de la mitad de los/as estudiantes (56.3%), lo han probado para cuando llegan a los 15 años, aunque la edad de inicio promedio es de 12.6 años.

En cuanto al consumo actual de tabaco la situación es similar, ya que el porcentaje es mayor en los hombres  que en las mujeres y es mucho más elevado entre estudiantes de bachillerato que entre estudiantes de secundaria. Es importante resaltar que el porcentaje de consumidores/as actuales de tabaco que son menores de edad es de 27.8%, a pesar de las regulaciones gubernamentales que prohíben la venta de cigarros sin identificación.

Al interior del estado, la Zona Metropolitana 2, la Zona Metropolitana 3 y la Zona Metropolitana 4, son las regiones que se vieron más afectadas por el consumo actual de tabaco. Es importante señalar que estas zonas colindan con el Distrito Federal y, con excepción de la Zona Metropolitana 2 y la Zona Metropolitana 3, el resto de las regiones tienen una prevalencia menor a la reportada en la Ciudad de México en el 2006 (18.1%).

La prevalencia total del estado, es similar al consumo total de tabaco en la Ciudad de México registrado en el 2006 (48.3%), aunque por regiones, todas excepto la Zona Metropolitana 1 e Interior Poniente se encuentran por arriba del dato obtenido en la Ciudad de México.

Dentro de las características importantes de quienes fuman, se encontró que la mayoría trabajan medio tiempo, por lo que podemos pensar que tener la posibilidad económica de comprarlo, facilita el consumo.

CONSUMO DE ALCOHOL

Con respecto al consumo de alcohol, el estado presenta que 7 de cada 10 estudiantes lo han tomado alguna vez en la vida, casi un 80% al llegar a los 15 años ya lo ha consumido y la edad de inicio promedio es 12.6 años. A diferencia del tabaco, el consumo de alcohol en ambos sexos es igual (hombres 69.7% y mujeres 71.9%). Estos resultados llaman la atención ya que en su gran mayoría son menores de edad. Se encontró además, que menos de la mitad de las mujeres (41.1%) y de los hombres (40.6%) indicó haber ingerido alcohol en el último mes.

Un dato de interés es que una cuarta parte de los/as estudiantes que consumen alcohol dijeron haber tomado 5 copas o más en una misma ocasión, es decir, han abusado de esta sustancia, con un porcentaje de 18.8% para secundaria, y 36.4% en bachillerato. Encontramos entonces un periodo importante entre los 16 y 18 años en el que aumenta el consumo de manera significativa.

La radiografía regional, deja ver que las zonas más afectadas por el abuso de alcohol son: Zona Metropolitana 3 (30.6%), Zona Metropolitana 4 (28.8%), Zona Metropolitana 2 (28.0%) e Interior Oriente (26.5%). Es importante destacar que dentro de éstas regiones se encuentran los municipios de Ecatepec, Cuautitlán Izcalli, Naucalpan y La Paz. Dichas regiones, con excepción de Interior Oriente, presentaron un porcentaje significativamente mayor al de la Ciudad de México que fue de 25.2%.

En cuanto al uso problemático del alcohol, medido con el AUDIT en su versión larga, se pudo detectar que los hombres de bachillerato son los más afectados, ya que el 49.8% de los que ingieren alcohol, presenta un consumo peligroso.

CONSUMO DE DROGAS

En esta encuesta se encontró que al 21.6% de la población le han ofrecido alguna droga regalada y al 6.1% le han intentado vender alguna droga. Al preguntarles qué personas cercanas a ellos/as han consumido drogas, el porcentaje más alto lo obtuvo “el/la mejor amigo/a” para ambos sexos.

Este estudio reporta que el 22.0% de hombres y el 18.5% de mujeres dijeron haber consumido alguna vez drogas, para el consumo en el mes previo al estudio se encontró un 9.0% en los hombres y 7.0% en las mujeres. Los hombres prefieren el uso de drogas ilegales y las mujeres a las drogas médicas.

La preferencia por tipo de droga en los hombres coloca a los inhalables (11.2%) en el primer lugar, seguido del consumo de mariguana (10.9%), cocaína (4.7%), tranquilizantes (4.0%) y anfetaminas (3.6%). Para las mujeres, la preferencia es similar, inhalables (9.5%), seguidos por mariguana (6.4%), tranquilizantes (5.6%) y anfetaminas (3.9%). Según el nivel educativo, encontramos un cambio en la preferencia, pues en secundaria se usan mas inhalables (9.7%); a diferencia del bachillerato en donde la droga de preferencia es la mariguana (14.7%).

La prevalencia total de consumo de drogas en el Estado de México es de 20.2%, porcentaje que se encuentra por arriba del 17.8% que se obtuvo en la Ciudad de México en 2006. De esta población un 14.3% es usuario/a experimental y un 5.9% usuario/a regular.

Las regiones más afectadas por el consumo total de drogas son: Zona Metropolitana 2 (23.8%), Zona Metropolitana 1 (23.0%) y Zona Metropolitana 3 (22.3%). En comparación con los datos obtenidos en la Ciudad de México 2006 (17.8%) todas las regiones, menos Interior Poniente se encuentran por arriba de dicha prevalencia.

También, se puede observar que Ecatepec (ZM2),la Zona Metropolitana 3 (ZM3) y Zona Metropolitana 4 (ZM4) en la que se encuentra Cuautitlán Izcalli, reportan porcentajes de consumo más elevados en comparación con la Ciudad de México, principalmente en: anfetaminas (ZM2 4.1%, ZM3 3.9%) tranquilizantes (ZM4 6.3%, ZM2 6.0%, ZM3 5.7%), mariguana (ZM2 11.2%, ZM3 9.7%), cocaína (ZM2 4.3%, ZM3 y ZM4 4.2%), inhalables (ZM1 13.8%, ZM2 12.2%, ZM3 11.5%, ZM4 10.3%), metanfetaminas (ZM4 3.6%, ZM3 3.2%, ZM2 3.1%) y crack (ZM2 2.0%, ZM3 2.2%, ZM4 2.4%).

Otro dato importante es que los/as estudiantes en su mayoría consideran peligroso el consumo de drogas como la cocaína (78.2%), la heroína (78.1%), los inhalables (73.4%) y la mariguana (70.0%). Sin embargo, al analizar la percepción de riesgo de consumo de alcohol, encontramos una disminución importante, donde poco más de la mitad (53.2%) de los/as estudiantes considera peligroso consumir alcohol frecuentemente, en el caso del tabaco sólo un 57.8% de los/as estudiantes percibe como muy peligroso fumar más de cinco cigarros al día. Las mujeres mostraron tener mayor consciencia que los hombres de los daños que producen las drogas a la salud.

La relación que existe entre el fenómeno de consumo de drogas entre los/as estudiantes y otras conductas problemáticas o de riesgo como cometer actos antisociales, tener conductas sexuales riesgosas, intentos suicidas, depresión, etc., son aspectos que se analizan e incluyen en los diferentes reportes generados a lo largo de este estudio, todo con la intención de profundizar en múltiples aspectos de la vida de los/as estudiantes y especialmente en los/as jóvenes del Estado de México y así darnos pautas para diseñar las acciones preventivas a realizar.

Tomando en cuenta todos estos factores, uno de los datos más importantes en términos de prevención, se refiere a las edades de inicio, donde hay una tendencia clara e importante para empezar a consumir a edades más tempranas tanto alcohol como tabaco. Existe una alza en el inicio del consumo de sustancias a partir de los 11 años, edad en que la mayoría terminan la educación básica para iniciar la secundaria. Por esto, es importante señalar que la prevención debe iniciarse durante la infancia y la niñez. A esta tarea tenemos que destinar los mayores recursos humanos posibles.

Entre los objetivos que podemos proponer para preparar a los/as adolescentes, retomando lo visto antes, es dotarlos de estrategias que les permitan lidiar con la oferta y la cercanía que hay de sustancias, la presión que su grupo social puede generar para experimentar con ellas, además de informarlos acerca de los riesgos que implica el consumo de drogas y fomentar el fortalecimiento del núcleo familiar.

La tarea es ardua y debe conllevar acciones en diversos frentes, no sólo en el trabajo con la población en riesgo, sino en todos los ámbitos, con objeto de lograr mejoras en la calidad de vida de nuestra población y, en especial, en nuestros/as niños/as.

Estos frentes son también el trabajo con los/as alumnos/as desde edades tempranas, las instituciones y su personal de atención a la población de alto riesgo, los/as maestros/as, con los papás y las mamás, así como la política social que debe dirigirse a facilitar el acceso a mejores condiciones de vida y de salud a la población, y a ofrecer distintas y mejores opciones de crecimiento que puedan verse reflejadas directamente en la población.